LOS ASPECTOS DE DIOS COMO PADRE Y COMO MADRE. 
Parte 1. 

EL Dios uní plural, es Padre y Madre a la vez. 

El primer capítulo de Génesis nos enseña que Adam masculino y Adam femenino, fueron creados a imagen y semejanza de Dios. 

Se requiere de ambos para representar al Único Dios verdadero, por lo que sabernos que Dios también debe poseer características masculinas femeninas. 

Sus capacidades procreativas y creativas se revelan en el primer versículo de la Biblia.

En el principio crió Dios los cielos y la tierra.  
Génesis 1: 1.

Aunque en este pasaje no se hacen distinciones para mostrar los lados masculino y femenino de la Rueda de Dios, la existencia de ambos se hace evidente por el uso de Su Nombre uní plural de Elohim la palabra hebrea que se traduce como Dios. 

Puesto que Elohim básicamente significa “el Poderoso”, el hombre primero recibe la presentación del aspecto masculino o el aspecto de Padre en Dios. 

Como el Padre Dios eterno, El es el dador de la vida tanto espiritual como naturalmente.

Y siendo Abram de edad de noventa y nueve años, aparecióle Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso… 
Génesis 17: 1


El nombre Dios Todopoderoso, viene del nombre hebreo El Shaddai; la palabra El, viene de Elohim y Shaddai se forma de la palabra Shad, que significa pecho de mujer, Dios es el Dios que amamanta, un Dios materno, al igual que un Dios paterno, en el Dios amamantador o Dios materno, el que da esfuerzo, el que satisface, es el Único que se da a Sí Mismo en el corazón y vida de Sus hijos.

Los Lados Masculino y Femenino de la Rueda del Ser de Dios

El primer acto eterno del Dios Paterno-Materno, fue la obra de pro-creación, mediante la cual el Hijo Unigénito fue dado a luz en alma y espíritu. 

El Hijo no poseyó un cuerpo físico, hasta que le fue preparado uno en la matriz de la Virgen María.    

Hebreos 10: 5.
22 Jehová me poseía en el principio de su camino, Ya de antiguo, antes de sus obras.    23 Eternalmente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra.    24 Antes de los abismos fuí engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. 25 Antes que los montes fuesen fundados, Antes de los collados, era yo engendrada: 26 No había aún hecho la tierra, ni las campiñas, Ni el principio del polvo del mundo. 27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando señalaba por compás la sobrefaz del abismo; 28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo; 29 Cuando ponía a la mar su estatuto, Y a las aguas, que no pasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra; 30 Con él estaba yo ordenándolo todo; Y fui su delicia todos los días, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.31 Huélgome en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres.
Proverbios 8: 22 – 31 

La Escritura nos dice que la sabiduría fu engendrada; la palabra engendrar en Hebreo significa: nacimiento, algo traído de lo invisible a lo visible. 

La Sabiduría que aquí se menciona no puede referirse simplemente a la personificación de un atributo de Dios, porque pensar así implica que alguna vez Dios carecía de sabiduría y que El tuvo que crecer en sabiduría, lo que sería erróneo porque Dios siempre ha sido omnisciente, posee el conocimiento completo y universal. 

La Escritura anterior se está refiriendo a la ocasión en que el Hijo Unigénito fue dado a luz, en alma y espíritu, saliendo del Ser Mismo del invisible Dios Padre-Madre.

Entender el orden perfecto de Dios para la procreación en el aspecto natural, se convierte en un fundamento para entender como opera esta fuerza en el aspecto espiritual.

La Voluntad perfecta de Dios para el ser humano maduro, es enamorarse, contraer matrimonio y tener hijos que son una obra viva, el testimonio viviente de su relación de amor, pues hasta que les nace un hijo, su relación de amor es invisible para los demás; el niño lleva la imagen y semejanza de ambos padres, y es un testimonio innegable del amor que comparten. 

Sin la secreta unión de amor en el cual el padre planta la semilla de vida, no puede haber concepción en la matriz de la madre; y sin el nutrimento de la semilla por parte de la madre, no puede haber manifestación visible de la vida amorosa de ambos.

Aún cuando la naturaleza pecadora del hombre algunas veces lo conduce a mal emplear sus poderes de procreación dados por Dios, y a buscar la satisfacción de la unión matrimonial antes de aceptar las responsabilidades maduras de un compromiso matrimonial, el principio del orden perfecto de Dios para crear obras visibles a la existencia permanecen sin cambiar. 

Se requiere que dos individuos trabajen juntos en una madura relación de amor, para producir un testimonio visible y eterno de su unión invisible y puesto que Dios nunca transgrede Sus propias leyes, sabemos que el Hijo Unigénito fue dado a la luz gracias al amor maduro del Dios Paterno-Materno.

Que Dios sea con ustedes este día. Bendiciones
Rev. Natanael Montes de Oca